jueves, 7 de abril de 2016

¿Voto por Manuel o por Alfredo?


Alfonso Caraballo

Es increíble como la línea que separa lo moral de lo inmoral se hace cada vez más invisible para tantas personas.


Parece que algunos dirigentes peledeístas están determinados a votar por un candidato a alcalde de otro partido. Una situación en muchos casos dramática ya que entre estos hay quienes intentan sostener esta decisión con criterios éticos como el de elegir en función del dictado de su conciencia.


Pero en lo más profundo de esa conciencia saben que la manera en que están adoptando esta decisión no es seria, no es ética. Por eso reaccionan con ira cuando se le cuestiona al respecto. Con gesto agresivo exigen que se le respete su sagrado derecho a votar por el candidato que ellos estiman idóneo.

¿Es leal un dirigente político que vota por candidatos de un partido diferente al suyo en nombre del libre albedrío?

Quien se inscribe en un partido asume libremente una obligación moral de votar por los candidatos de ese partido, sean de su agrado o no. Si se llega a un punto en que una posición partidaria se riñe de manera radical con los principios personales, lo ético es renunciar a lo uno o a lo otro. En caso contrario se cae en la inconsistencia moral, en la deslealtad, en la indisciplina.


No se puede llegar al colmo de erigir en heroísmo la acción antitética.

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