El gran desenfoque del último
artículo de Euri Cabral parece ser un reflejo de estrabismo. Enfermedad de los
ojos que padecen los bizcos y que le impide percibir la realidad con
objetividad.
En su análisis, Euris pone toda la carga de los errores del lado de Leonel, y todas las
virtudes en la cuenta de Danilo.
Eso es opinión, si, pero opinión extremadamente subjetiva, acomodaticia,
que raya en el fanatismo más ramplón y penoso.
En el texto Cabral defiende que se modifique la constitución una vez más
para que el actual presidente pueda reelegirse, y para él eso está bien, es
correcto, positivo y beneficioso.
Para pensar así habría que entender que la constitución del país es poco
más que un parapeto, un simple pedazo de papel que se lleva y se trae a
conveniencia.
Según la mirada estrambótica de Euris el único dominicano que no debe
reelegirse es Leonel Fernández.
La paradoja de las paradojas.
Para Euris, el único dominicano que está inhabilitado por la constitución y
por su propio juramento debe repostularse , y el que está facultado constitucionalmente,
no debe hacerlo.
Cuando Euris Cabral se vuelva a poner los lentes de la sensatez y el buen
juicio y relea su artículo, es seguro que padecerá nauseas.
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