El
Partido de la Liberación Dominicana (PLD) fue fundado por el profesor Juan Bosch,
un humanista de talla continental.
Bosch
insufló en los tuétanos de su organización la solidaridad.
Por eso los
militantes del PLD eran los primeros en decir presente a la hora de buscar una
solución a un problema de la comunidad o de uno de sus vecinos.
Pero la
solidaridad era tan grande que se desbordaba hacia los países de América Latina
y del mundo en situación de lucha por su libertad y por la mejoría de sus
condiciones de vida.
Y como
para que no cupiera duda lo pusieron en su lema por partida doble: “Servir
al partido para servir al Pueblo”.
PLD
aparte, hay que reconocer que el espíritu de solidaridad se muestra de manera especial
a la hora de la muerte de un ser humano, y mucho más si este pertenece al mismo
grupo.
Esa es la
hora en que los seres humanos normales son más próximos que nunca, poniendo de
lado cualquier tipo de diferencia, deuda o rencor.
Pero con
el paso del tiempo y el trastorno de los valores y principios que han animado a
los hombres y sus instituciones durante la historia de la humanidad, la
solidaridad peledeísta ha ido quedando cada vez más en el amarillento álbum de
los recuerdos.
El caso
de la circunscripción 2 de Santo Domingo Este es un botón más que suficiente
para los que necesiten alguna muestra.
El
compañero Felipe Jorge, dirigente medio del Comité Intermedio Ramón Matías
Mella “F” que
preside Ramón Betances, fue abatido a tiros el 23 de agosto del
año 2012. Su muerte y sus circunstancias recibieron una corona integrada por las rosas de la indiferencia total por parte de la dirigencia del PLD de su
circunscripción, que no se reunió para conocer esta tragedia ni una sola vez.
A este
caso le siguió el de Gerineldo de los Santos, presidente de Comité Intermedio,
dirigente de larga data y muchos sacrificios, desde aquellos tiempos en que su
partido parecía más una religión que una organización política. Él fue asesinado
por un balazo en plena cabeza, a la luz del sol, y al lado de un testigo que le
sobrevivió. Por su asesinato no hay nadie preso y nada indica que lo habrá.
Ahora
conmociona a los peledeistas de Los Minas la información de que el cadáver de
un compañero fue velado en un local del Partido Revolucionario Moderno (PRM),
en «Los Barrancones», a pocos metros de un local del Partido de la Liberación
Dominicana que pudo haberse utilizado para los mismos fines.
Frene a
este hecho desconcertante algunos alegan que falta una funeraria municipal. Eso
es cierto. Pero más que una funeraria para los muertos, lo que se requiere es
una regeneración política para los vivos.
Porque
para nadie es un secreto que la dirección política del PLD solo se rearticula
para buscar votos y después permanece de espaldas a los cientos de
compañeros que aunque están vivos, languidecen abandonados por un partido que
se olvidó de que fue formado para servir y que ahora no sirve ni para enterrar,
con un mínimo de dignidad, a un humilde compañerito de las bases.
No, no
son funerarias lo que faltan, son hombres solidarios, instituciones que sirvan,
porque nuestros problemas van mucho más allá de como velar a un muerto, nuestro
compromiso es dar soluciones a los problemas de los vivos, de nuestros vivos,
para que nunca lleguen a ser muertos necesitados de la solidaridad pública,
tardía y penosa.
Amén, descanse
en paz compañero Maxi Taxi!
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