En el PLD, se pacta o se pierde. Durante el primer gobierno
de Medina el proyecto de la reelección se montó sobre bases bien sólidas. En
ese período, el presidente ético y cercano disfrutó de una popularidad que alcanzó
picos de 80% de apoyo.
Ese escenario favorable se potenció con una oposición que
centró sus ataques en Leonel Fernández, que según más de un analista también
era cañoneado desde el mismísimo gobierno. Ahora las cosas son distintas. Los
niveles de aprobación del gobierno y su presidente descienden de manera
sostenida en las encuestas. Medina no ha podido unificar a su partido en torno
a las primarias abiertas ni sobre otra reforma constitucional para habilitarlo
electoralmente.
En esta ocasión Leonel Fernández se ha revitalizado en las
encuestas y ha fortalecido una estructura interna de apoyo que activa tras
bastidores la inscripción de dos millones de compromisarios con una eventual
candidatura.
Y para colmo cada vez más actores de la política
norteamericana se suman al coro de los que se oponen a otra reelección. Por
todo esto, una eventual candidatura de Danilo requeriría todo el apoyo de
Leonel para triunfar y viceversa.
En esta situación, mantener el desacuerdo es optar por
entregar el poder a la oposición. Y por lo que se está observando en América
Latina esto significaría la exposición de la cúpula peledeísta a persecución
judicial y encarcelamientos. Lo dicho. En el PLD se pacta o se pierde. Y lo que
se perdería no sería solo el poder político. En la cuenta podría estar la
libertad de algunos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario