Alfredo Pichardo Wilson Guerrero |
En un artículo anterior titulado «El VIII Congreso: pataleo y otros cuchicheos» explicamos el significado de ese término en nuestro país. Dejamos claro que la conducta descrita es típica de candidatos derrotados, pero también la presentan seguidores de estos, como una estrategia especial para ocultar sus fallas particulares.
Mi hipótesis es que las acusaciones de Wilson Guerrero buscan disimular el fracaso cosechado por el equipo que apoyó a Alfredo Pichardo en el Comité Intermedio Amín Abel Hasbun y otros lugares.
Como es sabido, Pichardo aspiró a regidor en el último proceso electoral interno del PLD, alcanzando 198 votos en el mencionado organismo, cantidad superior a los 190 logrados en el actual proceso de elección de miembros al Comité Central.
Es decir, la votación de Alfredo bajó, habiendo habido más votantes, más recursos y más equipo a su favor.
Hay que tomar en cuenta que en aquella ocasión era mucho más difícil la competencia puesto que Pichardo enfrentaba a más candidatos con fuerza, ya que además de Edita Sandoval y Winston Báez estaban Daneris Santana, Erika Mata, Ramón de los Santos y Danilo Santos, entre otros.
Alegando fraudes y malos manejos sólo se quiere tapar esta realidad.
Otro elemento a contemplar es que Pichardo, a diferencia de aquel momento, ahora contaba con el apoyo de José Cabrera y su equipo, quienes alegaron que era una línea del mismísimo presidente de la República.
A esto se le agrega el respaldo dado por Danilo Mesa, director del Instituto Nacional de Educación Física, institución que además de estar repleta de empleados de la circunscripción 2 de Santo Domingo este, tiene un fondo general de 175,000,000 millones de pesos.
También hay que considerar todos los recursos empleados. Según nuestras estimaciones, lo gastado por esta candidatura, sólo en el Comité Intermedio que yo dirijo, en la distribución de ron, fundas con alimentos y dinero en efectivo, alcanzó el medio millón de pesos.
Si usted divide RD$500,000 entre la cantidad de votos a favor de Pichardo, como dijimos 190, tendrá que cada sufragio le salió en unos 2,631.58 pesos con cinco centavos. Este es un indicador irrefutable de un equipo ineficiente y se requiere mucha alharaca para ocultarlo, para disimularlo.
Peor aún, de los RD$2,631.58 de los que dispusieron los integrantes del equipo de Alfredo Pichardo para movilizar el voto a su favor, entregaban al votante sumas que oscilaban entre los 200 y 300 pesos, es decir, un promedio de 250 pesos en el mejor de los casos. Al multiplicar 250 pesos por 190 electores se podrá dar cuenta que de RD$500,000 pesos solo gastaron 47,500. ¿Dónde están los 452 mil pesos faltantes? Para ocultar esta triste realidad hay que inventar culpables, hay que patalear mucho.
Este balance contrasta enormemente con la candidatura de José Núñez, la que yo apoyé. Dicho candidato entregó como logística total para el Comité Intermedio Amín Abel Hasbun la suma de RD$ 10,000.00 y obtuvo 133 votos. Al dividir RD$10,000 entre esos 133, tenemos como resultado que el equipo que apoyó a Núñez solo dispuso de 75.19 pesos con diez y nueve centavos por cada voto obtenido.
Hablando en serio, ambos, Núñez y Pichardo, perdieron, pero, ¿Quién perdió más?
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