martes, 18 de agosto de 2015

Nuestra solidaridad con Juan Antonio Espinal (Toni)

Juan Antonio Espinal (Toni)

Afonso Caraballo

Muchos en Santo Domingo Este conocen a Juan Antonio Espinal, la mayoría posiblemente lo reconoce con el nombre de Toni. Hace un año que Toni no se ve en las calles de Los Mina, ni en las oficinas públicas que usualmente frecuentaba. Pienso que la mayoría no sabe por qué.

Todo empezó hace un año cuando le entregué unas mascotas, de esas que regalan los candidatos al inicio del año escolar. Toni había perdido su empleo en la Superintendencia de Bancos, y con el mismo,  la beca de su hijo.


De  inmediato  se dirigió a la casa donde el niño vive con su madre,  con el objetivo de entregarle esos útiles escolares. Media hora después me llamó muy exaltado, me pidió que lo ayudara, que había caído en una trampa tendida por su exesposa.

Con una voz agitada me contó en un minuto que al llegar a la puerta de la casa de la madre de su hijo esta se tiró al suelo, aferrándose a su pierna con los dos brazos y, con voz en cuello,  pidió auxilio. En un segundo Toni estaba rodeado de vecinos furiosos para los cuales este estaba pateando a la mujer. La policía llegó en minutos y lo arrestó.

Hace un año Toni me dio esa versión en la llamada que los cuarteles le permiten a los detenidos para que se comuniquen con una persona de su elección. Versión que mantuvo en cada una de las audiencias y la que volvió a plantear ayer, durante el juicio que culminó con una condena de 5 años de prisión, en la victoria.

No sé si es cierta o no. Si  pude leer en  el expediente del caso que un  médico legista daba cuenta de lesiones curables de uno a tres días. Ese es el periodo de curación propio de lesiones mínimas.

Uno de los abogados a los que le solicité asistencia legal para que Espinal tuviera un juicio justo me explicó que cada vez más las penas, en casos de este tipo, están obedeciendo  a la presión mediática que a criterios estrictamente legales o técnicos,  hasta el punto  que es más fácil salir libre por un caso de drogas que por violencia intrafamiliar, me dijo.

Ante todo esto pienso que cuando el delito se combate violando o torciendo la ley los problemas se multiplican, se complican y se mantienen.

Probablemente penas como esas se emiten para quitar del medio a una persona que aparentar tener el perfil de feminicida. Sería una condena  profiláctica, atendido más a lo que podría  ser que a los hechos, que es lo que un tribunal judicial puede juzgar y eventualmente condenar.

Si se extendiera ese nuevo paradigma legal de condenas atendiendo al  perfil en vez del delito tendríamos en primer lugar que sacar la justicia de los tribunales y hacerla asunto de consultorios sicológicos.

Solo Dios sabría cuantos conductores desaprensivos, políticos, doctores, profesores, pastores, sacerdotes, policías y  guardias estarían condenados a prisión  por un perfil profesional antiético y potencialmente peligroso.

De ninguna manera apoyamos la posible violencia que Espinal haya ejercido contra su exmujer. No la apoyamos, pero tampoco abandonamos olímpicamente al amigo, al compañero. Abogamos por una forma más efectiva y transparente de abordar la violencia de género. Un paradigma que entienda que el victimario también es  víctima de una educación que ha recibido de la sociedad en la que se ha formado.

Si los hombres con patrones y conductas de maltrato hacia la mujer fuesen recluidos en centros especiales de rehabilitación probablemente disminuirían los casos de los que matan a la mujer y luego se suicidan.

Se piensa que las penas drástica disuaden a los potenciales agresores de mujeres y es posible que tenga ese efecto en algunos casos, pero también es muy probable  que este tipo de acción judicial conduzca a muchos a ultimar a la mujer y luego quitarse la vida, y a otros a salir de la cárcel con la idea fija de vengarse y para no volver ni a los tribunales ni a la jaula, también se suicidan.

Es una aberración pensar que un hombre  que se siente víctima de una jueza resentida,  que lo ha utilizado para «dar ejemplo» mediante una sentencia draconiana, que lo ha mandado a un antro de criminales donde no encuentra una pulgada de piso para dormir, donde comer es una proeza, donde es objeto de violaciones sexuales y pelas sistemáticas, saldrá arrepentido, años después, a buscar un empleo, formar una familia y ser un hombre de bien.

Una cosa debe estar clara, las respuestas de la sociedad dominicana para enfrentar la violencia intrafamiliar es inefectiva, y más que disminuirla la ha incrementado en cantidad y en calidad.

Las secuelas del paradigma imperante no se paran ahí. La madre de Toni, por ejemplo, una mujer que ronda los 60 años de edad,   en la actualidad tiene una pensión de RD$ 1,500 pesos mensuales. Ahora ella  divide ese dinero entre la satisfacción de sus necesidades personales y la de su hijo preso a quien tiene que pagarle el derecho a cama, que consiste en un pedazo de piso para dormir, llevarle comida y medicamento par una condición de salud especial que le afecta desde niño.

La mamá de Toni tiene una lesión permanente en la columna vertebral. Utiliza bastón para moverse y le cuesta mucho subir y bajar escaleras. Peso a ello nunca abandonó a su hijo.

Ella me contó que crió a Toni con los ingresos producidos por uno de los oficios más humildes de nuestro país: el de limpiabotas. Y así hiso su casa, en Katanga.

Toni, por su parte es de ese tipo de persona que para ganarse algo, le mete mano a lo que sea,  aunque su especialidad es pintor de los denominados de bocha gruesa. Además  es presidente de un Comité de Base del Comité Intermedio Amín Abel Hasbún, del Partido de la Liberación Dominicana.


Pese a su condición de Dirigente Medio del PLD  la dirección política de esta circunscripción no ha expresado su solidaridad para con él, lo dejó solo.  Pero eso no es raro. Así pasó con el caso de Felipe de Jesús, un presidente de Comité de Base del Comité Intermedio Ramón Matías Mella “F” que fue asesinado  y con Gerineldo de Los Santos, quien fuera en vida presidente de un Comité Intermedio, también asesinado.

1 comentario:

  1. Es penoso que un compañero de los peledeista fajadores no haya concitado el apoyo militante de la circunscripcion completo. Yo se este joven era muy contetatario, pero ese era su caracter, y nadie le pude regatear su enorme capacidad de trabajo y su entrega a todas y cada uyna de las actividades del partido.

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